Aprende a identificar la selectividad alimentaria en niños neurodivergentes
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Los niños neurodivergentes, como los que tienen altas capacidades, autismo o TDAH, pueden tener dificultades para aceptar ciertos alimentos. Estas dificultades pueden deberse a razones sensoriales, emocionales o cognitivas, lo que hace que su relación con la comida sea diferente a la de otros niños. Cada condición afecta de manera particular cómo experimentan los sabores, las texturas y las situaciones relacionadas con la comida.
Altas Capacidades:
Los niños con altas capacidades tienen un razonamiento lógico y una hipersensibilidad sensorial más desarrollados. Esto puede llevar a que rechacen alimentos por razones muy específicas, como el rechazo a un pollo porque lo razonan al recordar cómo vivió el animal, o bien por una mala experiencia previa con ese alimento que les causó malestar. Además, tienen un paladar más exigente, lo que puede hacer que se resistan a ciertos sabores.
Algunas ejemplos son:
- Un niño puede rechazar un alimento como el pollo porque razona que vio al animal vivo y empatiza con su sufrimiento.
- Puede evitar un alimento porque recuerda que una vez le causó malestar estomacal, asociándolo con un daño.
- Poseen un paladar más desarrollado y son muy sensibles a diferencias sutiles en los sabores, rechazando combinaciones que les resulten desagradables.
Si tu hijo es muy sensible a ciertos alimentos, trata de involucrarlo en el proceso de elección y preparación de la comida, para que se sienta más en control y motivado a probar nuevos sabores.
Autismo:
Los niños con autismo tienden a tener un patrón de comportamiento más rígido y restrictivo, lo que puede hacer que se adhieran a rutinas fijas, incluidos los alimentos que consumen. Las texturas o los colores de los alimentos pueden ser una fuente de incomodidad, lo que puede llevar a rechazos.
Algunos ejemplos son:
- Pueden rechazar alimentos con texturas específicas, como los purés, porque les generan una sensación desagradable.
- Prefieren alimentos con colores o formas específicas, como solo comer galletas redondas o frutas de un color particular.
Intenta ofrecerle alimentos con texturas y colores que ya prefiera, y gradualmente introduce nuevas opciones en pequeños pasos. Asegúrate de que la comida se sirva en un ambiente tranquilo, sin distracciones, para reducir cualquier posible incomodidad.
TDAH:
Los niños con TDAH pueden ser muy impulsivos y tienen dificultades para mantener la atención, lo que puede reflejarse en su forma de comer. A menudo no prestan atención a la comida, lo que puede resultar en una ingesta rápida y desordenada, o pueden rechazar alimentos que requieren más tiempo o esfuerzo para masticar.
Algunos ejemplos son:
- Pueden evitar alimentos que requieren mucho esfuerzo para masticar, como carnes duras, debido a su impaciencia o distractibilidad.
- Pueden consumir alimentos de forma rápida sin prestar atención al sabor o textura, pero rechazarán aquellos que interrumpan su ritmo habitual.
Opta por loncheras prácticas y fáciles de comer, como bocados pequeños o alimentos que no necesiten mucha preparación. Además, intenta establecer una rutina de comidas para fomentar una mejor concentración durante la comida.
Consejos generales para una lonchera saludable:
- Ofrece alimentos frescos, como frutas y verduras, cortados en formas fáciles de manejar.
- Incluye una fuente de proteínas, como huevos, queso o nueces, para ayudar a mantener la energía.
- Asegúrate de que los alimentos sean variados para que tu hijo no se aburra de la comida.
- Utiliza recipientes coloridos o decorativos para hacer la comida más atractiva.
- Evita alimentos procesados y opta por opciones más naturales y saludables.
¿Cómo encontrar un profesional que ayude a tu hijo con su nutrición?
Cada grupo experimenta el entorno alimenticio de manera única, lo que requiere comprensión y estrategias personalizadas. Si tu hijo tiene dificultades con la comida debido a razones sensoriales, cognitivas o emocionales, buscar ayuda profesional es esencial. Aquí hay algunos consejos para encontrar al profesional adecuado:
- Nutricionista especializado en neurodivergencia: Busca un nutricionista que tenga experiencia trabajando con niños con autismo, TDAH, o altas capacidades. Este profesional puede brindarte recomendaciones sobre cómo adaptar la dieta de tu hijo a sus necesidades específicas.
- Psicólogos o terapeutas ocupacionales: Estos profesionales pueden ayudar a identificar posibles problemas sensoriales que están afectando la relación de tu hijo con la comida y brindarte estrategias para abordarlos especializado en la neurodivergencia que tenga tu hijo.
- Pediatra: Consulta con el pediatra de tu hijo, ya que puede orientarte sobre la necesidad de evaluar las dificultades alimenticias y derivarte a un especialista en caso de ser necesario.
- Evaluación integral: Asegúrate de que la evaluación incluya tanto el aspecto nutricional como el emocional y cognitivo. Un enfoque integral ayudará a crear un plan de alimentación que no solo sea saludable, sino que también sea apropiado para las necesidades de tu hijo.
- Búsqueda de referencias: Habla con otros padres o busca en grupos de apoyo para padres según la neurodivergencia de tu hijo, ya que pueden ofrecerte recomendaciones sobre profesionales que han ayudado a otros en situaciones similares.
Recuerda que cada niño es único, y encontrar el apoyo adecuado puede marcar una gran diferencia en su bienestar y desarrollo. Trabajar de la mano con profesionales puede ayudarte a asegurar que tu hijo tenga una nutrición saludable y adecuada a sus necesidades.
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